1 jul 2012

Esencia

  En carnavales de señales no verbales, fué descubriendo el lenguaje del inconsciente. En busca de alguien que la pueda ver a través del follaje.
  Interpretó modestos gestos que vio en si misma y entendió el mensaje.
  "¡Vacuna para incongruentes!" Gritó. "Bendito aprendizaje".
  Y de pronto sintió que se le inflaba el pecho. Vertiginosa sensación.

  Entre ilusiones y comparaciones enjuició toda una vida entera. Y hoy ve como un juicio que antes servía, ya no sirve.
  "Pero ahora, ¿Cómo se hace? ¿Cómo saco esto de acá? ¿Como empiezo de nuevo? ¿Cómo perdono? ¿Cómo disfruto del juego?".

  Entonces sintió un nudo en la garganta. Pero sin embargo disfrutó.
  Llamó aceptación a ese llanto sin consuelo y desde ahí transformó la rigidez de ese miedo cruel y paralizador en impulso motor.
  Fué en busca de su esencia una y mil veces y encontró que esta siempre mutaba. De forma, espacio, tiempo, todo acorde a la emoción del momento en el que estaba.
  Fue entonces que hizo conciencia y creyó comprender: "Mi esencia no es mi historia".
  Sintió livianos los hombros y cayó rumbo al cielo. 

  Llamó plenitud a esa risa a carcajada y desde ahí la virtud de vivir libre o nada, creció. 

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