Duérmete niña, dejá que sea yo la que cierre la ventana. Hace frío hoy. Duerme que mañana es un día difícil como todos. Yo la pelearé porque puedas volver a la cama.
Duerme niña, dejá que te proteja de los horrores que nos envuelven y dejá que sea yo quien te arrope. porque eso es lo que se debe hacer cuando uno duerme y hace frío.
Duérmete que yo me encargaré de espantar los monstruos y no dejaré que pasen los payasos; contaré para que los que quieren tocarte se queden sin amor y los que quieran reírse lo maten ellos mismos.
Duerme corazón, que yo llegaré tarde y la noche es oscura. Vos no debés verla y yo la la conozco desde hace mucho tiempo. Dejá que sea yo la que pinte las estrellas aunque luego sean tragadas. Dejá que lo intente aunque vos sigas teniendo frío y tires lejos la frazada. Dejá que te cubra con ella y no te enojes, tengo que ser yo la que haga todo eso.
Duérmete niña, vos no tenés que preocuparte por nada; te voy a preparar el desayuno que mas te gusta.
Dejá que yo me arrope en mi cama y abrace mi almohada; la única blanda, y cargue con mis terrores sin santiguarme.
Duerme que yo pondré tus cosas en una carreta y las transportaré por cuestas. Dejá que sea yo quien diga que todo es color de rosas y te seque las mejillas de lágrimas cuando se avecine la oscuridad.
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