Arveja Esperanza.
Cuando los cristianos los amenazan con el infierno, los salvajes preguntan: "Y en el infierno, ¿Estarán mis amigos?"
4 sept 2013
Ensayo sobre la certeza
28 ago 2013
Volver
Un día decidió volver a casa. Hacía años que no veía el barrio y todo parecía estar como lo había dejado. Dobló por la esquina arrastrando la valija y castigándola en cada pozo. Una mezcla de nostalgia y apatía se apoderó de su mente cuando se encontró de frente con la puerta de pino blanca que tantas veces había sabido atravesar. Respiró profundo y abrió el picaporte.
La imagen de dulce hogar que tenía en su cabeza era completamente distinta a la que sus ojos se negaban a ver. Una espesa capa de polvo cubría los muebles asesinados por el tiempo y las polillas.
Subió por las escaleras que se quejaban a casa paso amenazando con ceder. Apartando telarañas, cruzó el pasillo hasta lo que alguna vez fué su habitación, su refugio, su caja de recuerdos.
Pero las fotos ya no adornaban la pared, la cama ya no era capaz de dar descanso a nadie y la ventana no brindaba mas vista que suciedad y manchas amarillas.
Siguió recorriendo la casa con determinación, pisando vidrios rotos y sin cautela. Nada. Nadie.
No se oían las peleas de sus hermanos, ni los gritos de su madre ni el tele prendido en el canal de deportes. El silencio era ensordecedor.
Antes de perder la cabeza por completo decidió salir a buscar una explicación. Recordó que era Sábado, día de partido. Abandonó sus pertenencias y corrió lo mas rápido que pudo hasta el club del barrio.
Al cruzar el portón vió caras conocidas y el alivio se apoderó de su cuerpo. Disminuyó la marcha, no quería que su desesperación asuste a sus amigos. Reconoció la camiseta del equipo visitante, se estaba dispotando el clásico. Cancha llena.
Subió las gradas y saludó a la fiel hinchada. Todos le devolvieron un frío “Hola” como quien saluda por respeto. Se había imaginado una recepción mas calurosa después de tanto tiempo de ausencia.
Esperó diez minutos hasta la pitada final del arbitro y salió al encuentro de sus ex-compañeros, pero nadie recibió su abrazo y las miradas de extrañeza se le clavaron en la nuca.
Dió media vuelta y vió irse a su equipo camino al vestuario, mirando de reojo y preguntándose por lo bajo sobre esa persona desconocida.
Entonces se sintió ausente. Olvidó sus recuerdos y tapó sus imágenes. Observó a su alrededor y ya no reconocía nada, todo era extraño. Tenía que volver a casa pero, ¿Dónde estaba?.
3 abr 2013
Bienvenidos a mi demencia
También me podrían haber puesto esos espantosos apodos como Mili, Lena o Milita con el que llaman a las Milenas. Tampoco me gusta decir que me llamo Milena porque es así como me dicen cuando alguna cagada me mandé.
No tengo nombre, por ahora.
En cuanto a mi persona, es de esas que se quejan de la gente o de la no gente. Me molestan más que nada los clones andantes de Ken y Barbie completamente irreconocibles ante tantos pelos extremadamente largos, tantas caras de asco y tanta imbecilidad junta.
Me molesta la gente, pero mayormente me molesto yo.
También me gustan cosas. Me gustan los viejos que te dan charla en el bondi, las conversaciones desde cero, el café, el olor a libro nuevo, caminar hasta que tus pies te supliquen que pares, la lluvia, la carita pedigueña de los perros, conocer gente sin conocerla, las manos, la soledad, la guitarra, los rulos toing.
Soy de esa clase de persona que llora a solas contándole los problemas al perro, perdiendo cada gramo de dignidad que nunca tuve, pero aún así, cuando me preguntan contesto ”Re bien, ¿Por?”.
Soy de esa clase de persona que necesita atención y pasar desapercibida al mismo tiempo.
Odio los cambios así como odio la estabilidad. Mi mente se basa en contradicciones constantes, es insufrible. ”No se lo que quiero pero lo quiero ya”. Hola.
¿Tenés pareja? No. Soy un apio. Los apios no tienen pareja. El amor se la come y por eso yo me como al amor.
Me gustan los sweaters, mucho. Me gusta el café, mucho. Me gusta dibujar, mucho. Me gustan las verduras y las cosas ricas. Me gusta como cocina mi bisabuela.
Creo que perdí la cordura, la dignidad, la capacidad de razonar, la belleza, la mente, la cabeza. Aún así hay algo que nunca voy a perder: la sonrisa.
Los lápices se convirtieron en mis mejores amigos y el papel en mi psicólogo. Odio los psicólogos y los médicos, no me preguntes porqué.
Creo que la simplicidad es lo más lindo que alguien puede tener. Creo que tomarse un té mientras se cuentan los dedos de los pies es mucho más lindo que tener una familia o esas cosas raras que la gente hace. Creo que la risa tiene vida propia, completamente ajena a la persona.
Estoy casi segura de que las calles se cambian de lugar, al igual que los locales, que los relojes andan como quieren y que mi pelo nunca se va a poner de acuerdo con mi cara.
Hoy no es mi día, este no es mi mes, tampoco mi año. Mi vida no es la ideal pero ya estoy acostumbrada al caos.
Si me encontrás por algún lado te recomiendo que te alejes, pero si te acercás te invito a que tomemos un vino y me cuentes de vos.
4 mar 2013
Divina Especie.
28 sept 2012
Pelusas
20 ago 2012
Canción de cuna.
24 jul 2012
El que busca...
Ya no sabía realmente cuántas noches había estado entreverada en los cuentos que fabula el inconsciente en esas horas. Cada vez se iba acercando más, conforme pasaba cada una de ellas.
Empezó siendo un contorno sutil, envuelta en finas sedas blancas que flotaban irreverentes por la brisa tenue que parecía atravesarla toda.
La noche siguiente a su primer aparición, intentó encontrarla nuevamente. Claro estaba que se le iba a dificultar hacerlo.
Volvió a aparecer una tarde calurosa de domingo. Allí, meciéndose en una hamaca paraguaya en la desolada galería de su casa de campo, comenzó a acercarse sigilosa.
Pudo distinguir tu delgadez extrema en ese resplandor inexplicable que la vestía y hasta creyó ser invadido por su aroma en aquella ocasión.
Muchas veces, ella solía quedarse observando sin hacer nada. Y el también entraba en ese juego de miradas sin ojos, esa dialéctica muda que los ataba en lo denso de la negrura del cuarto.
Durante el día la traía a la mente intentando descifrar si era alguna de las mujeres que conocía o había conocido. Recordó una antigua novia descendiente de alemanes, otra rubia de la cual no conocía filiación pero de la que sí podía dar fe de su extrema palidez.
Pero ninguna era tan alta como ella y carecían todas de su gracia en el andar. Podría jurar que flotaba y no se hundiría luego en los avernos.
Manejaba en la madrugada. Presuroso porque el negro cielo amenazaba con escupir aquellas bolas de hielo que, inefables, convertían a los coches en coladores con ruedas. El destellar amarillo de los semáforos hacía que la imprudencia estuviera dentro de cierto marco legal, aunque a esas alturas llevara el auto a unos 100 km por hora por la desolada avenida.
Comenzó a gotear grueso y el pie derecho se tentó a hundir el pedal aún más. Las noticias daban cuenta de que granizaba a unos escasos kilómetros y que era inminente que lo mismo ocurriera en la ciudad.
Salió de la nada, cruzando la esquina sin detenerse y enfiló resuelta hacia el. Como si quisiera haberlo encontrado desde aquella noche en que la vió danzando en el horizonte, toda su belleza envuelta en el blanco halo.
"Debo decirte ahora, cara a cara, que no te han hecho honra quienes te dibujaron de negro cargando una pesada hoz en tus hombros." Dijo y luego se elevó.
1 jul 2012
Las Circunstancias
Esencia
27 jun 2012
Viaje
31 may 2012
Round eterno
24 may 2012
Perdido
18 may 2012
Un Año
14 may 2012
Espejo II
11 may 2012
Frito
8 may 2012
Bocanada
6 may 2012
Milagro
3 may 2012
Tu nombre
25 abr 2012
Pasatiempo
24 abr 2012
Aprender a escuchar
Egoísta
Necesito que lo hagas, que me mires a los ojos cuando te hablo y que trates de comprender, aunque te parezca poco loable, las palabras que no estás saliendo de mi boca, porque son las más importantes.
Necesito que me respondas cada tanto con una afirmación o una negación para saber que me estás siguiendo, que no hablo con los muebles. Que me interrumpas con un chiste cuando ves que se me humedecen los ojos. Que me abraces cuando me río nerviosa a carcajadas.
Necesito que dejes de mirar el reloj. Que no me contestes con lo que te estoy diciendo, porque quiero oír palabras nuevas, palabras que no conozco.
Necesito que me enseñes, y si no tenés nada para enseñarme, que te sientas libre de inventar. Es que no es el qué, sino el cómo y cuándo.
Necesito que con un simple gesto o mirada te des cuenta que quiero que me preguntes si estoy bien. Y que me insistas una y mil veces cuando te conteste que si. Que me escuches cuando lloro a escondidas por más que nos separen tres puertas y quinientos kilómetro. Que me invites a dormir a tu cama y me arropes cuando me destape.
Necesito que me hables de vos, que me cuentes tus miedos, tus amores, tus tristezas, tus alegrías y tus derrotas. Que me dejes buscarte aunque te escondas atrás de un témpano gigante de hielo. Encontrarte para conocerte.
Necesito que me llames con cualquier excusa con tal de escuchar mi voz. Es que quiero que sólo con mi voz descubras mi estado de ánimo.
Necesito que me sorprendas. Que me esperes sentada en las escaleras del edificio con el bolso en la mano.
Que me digas que por más que lo haya intentado, no me dejaste alejarte de mí. Y que puedo seguir tratando toda la vida aunque el fracaso sea inminente.
Necesito tantas cosas que parezco una nena caprichosa y egoísta pidiéndote una bicicleta. Pero, ¿Es que vos no estás para eso?
Necesito que me extrañes.
22 abr 2012
Considero
Considero genocida a quien adula a los traidores y le regala el perdón.
Considero dictadura la gestión del gobernante que dispara contra el arte, la cultura y la liberación.
Considero extraordinaro el arrojo de aquel soldado que ofreció toda su vida para liberar a Cuba.
Considero terrorista la actitud imperialista de intentar con sus falasias expandir su idiosincrasia.
Considero que si derogamos la marginación se podría, mis hermanos, conseguir la comunión. Pero sería de ingenuos esperar que del poder surja el acto benefacto de seder algo fe.
Considero un ignorante a quien no ve la realidad y a aquel que calla cuando sabe, lo considero un criminal. Que ignorara que el bohemio que se inspira en tu figura es más ruin que el periodista que explota su investidura.
Considero muy loable quién corta calles porque se muere de hambre, y el que no lo considera tiene llena la heladera.
Considero un total disparate camuflar un atentado. Considero una masacre 30/12/04.
Considero que el clientelismo y la esclavización, el contraste entre las clases, la burocracia y el patrón,las mentiras en los medios, la guerra y la represión son miserias de un sistema que congela el alma y pudre el corazón.
17 abr 2012
Espejo
Cansada de bucear en la densidad de miles de idas y vueltas, enfrenté al espejo exigiéndole claridad. La imagen no pudo serlo más. Ahí estaba nuevamente la culpable de todo este embrollo, de los insomnios, de las sienes latentes atiborradas de pensamientos.
Esa mina a la cual puedo detestar de tanto y tanto pero de quien no puedo librarme. ¿O si?
¿Cómo seguiría mi vida sin tenerla adosada para siempre, sin sentir su hostigamiento a diario?
Hablé sin temor a escuchar su respuesta. Ya estaba por demás agotada de tanto verla ahí altiva, desafiante y egoísta.
Sin ruedos le dije que hiciera las valijas de una buena vez, que íbamos a estar mejor cada una por su lado, aprendiendo a extrañarnos. Elevó la ceja decorando un estudiado gesto sobrador y sin más desapareció de mi vista.
Ahora sólo veía los amarillos azulejos del baño y el toallón naranja todavía húmedo de la reciente ducha. ¿Sería posible esto o estaba en un estado de somnolencia producto de tantos días mal dormidos?
Sacudí la cabeza tres veces de izquierda a derecha, un par más de abajo hacia arriba. Todo estaba exactamente igual.
Comprendí que, de ser un sueño, este era demasiado extraño. Pensé en anotarlo para desmenuzarlo en mi próxima sesión de terapia con amigas.
No solamente no hallé con qué sino que, además, me pinche con un alfiler que había quedado clavado en el colchón tras haber cosido un botón la noche anterior.
Estoy en la cama me dije, es una buena noticia.
Salté hacia el baño, miré el toallón sin marcas de humedad y me aproximé lentamente al espejo. Atiné a cogotear unos centímetros pero no llegué a tener la certeza de su devolución. Por primera vez tuve algo de miedo. Como si aquel deseo se hubiera cumplido y no tuviera chance de ver cómo se seguía poblando mi cabeza de finos hilos blancos, el rostro mutaba de a poco en un ajado mapa y las venas de mis manos se tiñeran de un violáceo como el que mi abuela supo llevar en las suyas.
Resuelta, abordé la cuestión sin más y crucé con mi cara el primer panel del botiquín.
Volví sobre mis mismos pasos y lo hice nuevamente. Una última duda estalló: ¿Era realmente esa mina quien yo creía o la que le hice creer a los demás?
9 oct 2011
El pasado del futuro.
Doña María
Mira a la gente para ver si reconoce algún rostro pasajero, piensa en tiempos pasados, disfruta del mate compañero.
Nada más verla me hizo imaginar su historia: Algún hijo que ya no sabe de dónde vino, un marido ausente, un pasado imperfecto, pero nunca tan sola.
La viejita de la esquina tiene un saquito color uva, pañuelo y un camisón negro con florcitas que alguna vez fueron blancas.
Su casa es, por lejos, la más chica y deteriorada del barrio. Supongo que vive con menos de lo justo y ess filtración en el techo traidor dejó de ser su prioridad hace mucho tiempo.
Una tarde escuché a una mujer en el almacén diciendo que estaba loca hacía años. No me cabe el diagnóstico barrial. Creo que se refugió en sí para poder subsistir, que cada vez que mira a alguien espera una charla. Por lo menos la conversación trillada del tiempo podría alegrarle el día.
Pero, al contrario, se resigna, junta sus cosas y se mete a la casa.
En definitiva, los viejos suelen ser dejados atrás, como los almanaques y los cepillos de dientes.
La espera
28 ago 2011
Conexiones que desconectan.
El sonido de la música que va al compás del de las teclas de ese aparato muy bueno para conocer los malos modales de la inmensa mayoría.
Mientras tanto, el contacto humano se dirige a la ruina.
Largas charlas, juegos y reflexiones grupales ya no son posibles, a menos que pasen a través de una pequeña pantalla.
Los que estamos afuera observamos y nos causa gracia ver sólo la parte superior de las cabezas. Aunque no tanta. Es frustrante. ¿No me estás escuchando, no?
Esa gran ventaja se convierte en su carcelero. No me extrañaría que en unos años (más bien pocos) empiecen a proliferar las clínicas de desintoxicación de móvil. No sería una mala idea.
Send.
24 ago 2011
Puntos de Vista
La lluvia es una maldición para el turista y una buena noticia para el campesino.
Desde el punto de vista del nativo, el pintoresco es el turista.
Desde el punto de vista de los indios de las islas del mar Caribe, Cristóbal Colón, con su sombrero de plumas y su capa de terciopelo rojo, era un papagayo de dimensiones jamás vistas.
Desde el punto de vista del sur, el verano del norte es invierno.
Desde el punto de vista de una lombriz, un plato de espaguetis es una orgía.
Donde los hindúes ven una vaca sagrada, otros ven una gran hamburguesa.
Desde el punto de vista de Hipócrates, Galeno, Maimónides y Paracelso, existía una enfermedad llamada indigestión, pero no existía una enfermedad llamada hambre.
Desde el punto de vista de sus vecinos del pueblo de Cardona, el Toto Zaugg, que andaba con la misma ropa en verano y en invierno, era un hombre admirable:
"El Toto nunca tiene frío"- decían.
Él no decía nada. Frío tenía: lo que no tenía era un abrigo.
Desde el punto de vista de las estadísticas, si una persona recibe mil dólares y otra persona no recibe nada, cada una de esas personas aparece recibiendo quinientos dólares en el cómputo del ingreso per cápita.
Desde el punto de vista de la lucha contra la inflación, las medidas de ajuste son un buen remedio. Desde el punto de vista de quienes las padecen, las medidas de ajuste multiplican el cólera, el tifus, la tuberculosis y otras maldiciones.
8 ago 2011
La Contraola

Recientemente aprendimos que en un Tsunami, es más peligrosa y desvastadora la contraola. Es decir, cuando el agua baja y vuelve nuevamente al mar. Es mucho más destructiva que la ola original.
En este Tsunami socio-político que estamos viviendo , estamos a punto de vivirla en toda su potencia. El gobierno desbocado y sin límites, desesperado por dar alguna respuesta espástica e insensata a una situación que ellos mismos generaron, se convierte en la contraola del Tsunami.
Esta se traducirá en compras usureras o en su defecto en expropiaciones a mansalva, especialmente a los que no son amigos del poder (estos seran en definitiva los grandes beneficiarios, como siempre).
"Algun sacrificio hay que ofrecer al monstruo, sino nos come." es el pensamiento que dirige la accion en los despachos del poder.
Y en el medio , siempre pagando la fiesta , el desorden , la inoperancia , la corrupción, los delitos, la joda!: La clase media argentina. Tironeada por todos lados, desgarrada por todos los gobiernos, hasta que muera en el intento de sostener a este bendito pais contruído y mantenido por la honorable clase media.
Quedan dos alternativas: Resisitir o huir.
Elijo la primera.
Ojalá que el peligro de la contraola nos encuentre más unidos y más sabios.
23 jul 2011
Ventana sobre el miedo.
22 jul 2011
El Paraíso
